Caída...

Caí…enorme y deshilachada,
Cual hecatombe universal pronunciada;
Recibiendo en el extremo opuesto
A mi terminación anatómica,
Un delirante esbozo de penumbra.

El silencio fue acompañado por el miedo
Y el detenimiento momentáneo
De mi corazón ligero…

Tengo miedo,
De la caída anunciada hace meses
Porque ahora que yazgo en el suelo,
No estoy segura de poder levantarme.

Hace frío,
Quizás demasiado a estas horas…
Un cosquilleo recorre mi espalda
Y mis manos exigen arte…

Aún queda ruido
En el rincón donde están mis pies,
Creo que fue excesiva la caída
Y mis huesos aún crujen…

Aunque a decir verdad,
Sé que no existe rehabilitación
Para esta enferma existencial que sufre.

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Gaviota

Gaviota desierta,
volando y trastabillando... acariciando crepúsculos,
odiando a quien nos ha distanciado...

Latidos de mi corazón desolado,
cada vez que resuena tu voz al teléfono...
Y no logro alcanzar tus manos,
cada vez que el aliento se transforma en nebulosas...

...Y tú, tú también me estás necesitando.


Esta manía desnuda de extrañarte;
De buscarte en todos lados cuando ya te has marchado...
de dormir con lo que quedó de tu perfume,
y continuar con un sueño perturbado.

Gaviota risueña,
cuando sé que regresas a mi lado,
por esos viajes tortuosos que te separan de mis abrazos.

Gaviota triste,
cuando ya nuevamente has retomado el rumbo,
pero vuelvo a alegrar mis días,
porque sé que pronto...estarás aquí...

...Acariciando mis pliegues
y borrando todo lo que nos hemos necesitado...

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No bastó...

No bastó con pisotear mi corazón desnudo,

no bastó con haber atravesado el umbral de mi castidad...

No bastó con mi amor desinteresado e intenso,

no bastó con tu lejanía,

ni las palabras que no adornaron tu adiós.

No han bastado tus insultos y mucho menos mi sentir acongojado...

Solo anhelas ver mis lágrimas ahogando el silencio que quedó desde ayer.

Me pintaste de pordiosera,
después de haber axaltado la palidez de mi pecho

y la redondez de mis pupilas delirantes...

Me inventaste una sombra desengañada,

para que siga cada huella de mi caminar desinteresado,
para burlar mis intentos de nadar contra la corriente del dolor...

...Para desauciar cada esquina de mi infiel olvido

y acallar la sangre que por tu causa mis pies derramaron

buscando compasión.

Pido clemencia, señor infiel...

Pido tregua y alzo mi bandera blanca,
Para que no me sigas, ni corroas mi padecer...

Para que al estar junto a las aguas de este río taciturno,

no me hieran las gotas del ayer.

Exijo respetar mi luto,

exijo que abandones estos callejones melancolicos,

bañados de tu egolatría y la ambicion de tu mirada,

Porque tú, Señor infiel y despiadado...

Ya no significas nada...

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Habitación Suicida

Vacía en todo sentido, asqueada de responderle al mundo "estoy bien", no sé en que diminuto lugar de la existencia se haya la paz que tanto anhelo; la persecución y la intranquilidad a la que me someten entes desinteresados de mi dolor, me nerva...

Lágrimas demasiado constantes para una cara tan deslavada y pálida, lágrimas que inundan el rinconcito que quedó en soledad cuando abandoné mis ganas y me dediqué a morir en vida...

El día de hoy abrir los ojos fue un poco más complejo, soñé que al fin mi respiración se detenía y la maldita eternidad me abría paso al infierno que merece esta alma apabullada de remordimientos y sentimientos vacuos...

No entiendo, dejé un par de huellas más en mis muñecas; las agujas las creía superadas, pero sigo aquí, dibujando redes de sangre en ellas, sin tener motivos para decirle al siquiatra que no cumplí su asquerosa promesa de liberar la angustia de otro modo.

No he querido safarme de mis vestiduras oscuras, creo que si llego a cumplir 100 años seguiré vestida de sombras, claro, si es que en uno de esos ataques de angustia las agujas no rasgan más de la cuenta mi piel...

No necesito más que un abrazo, ¿es mucho pedir?...Quisiera dibujar una silueta tan perfecta que me abrace en las penumbras y no me deje seguir cayendo en este letargo existencial que carcome mis huesos...

Necesito olvidar tantos recuerdos anidados en el pecho y necesito construir un castillo tan alto, que no alcancen mis manos para mirar al cielo y volverlo a derrumbar; en ese castillo resguardar mis manos, resguardar el poquito de cordura que ronda esta habitación suicida, y resguardar cada uno de los momentos sublimes que un dia hicieron nido en mi interior.

Necesito, necesito, necesito...maldigo la palabra "necesidad" por el simple hecho de recurrir a ella diariamente...

Que alguien le encuentre sentido a la vida el dia de hoy, al menos yo...cerraré las persianas, y volveré a mi llanto de las cinco de la tarde...para cumplir con la rutina del dolor y la soledad en medio de un mundo de mentiras, un mundo en el que no me gusta estar incerta, por ser débil y ambigua.

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Despedida...

Quisiera tener la respuesta, al trinar constante de pájaros borrachos que hacen titubear el instinto, y coartan la calma... Me gustaría saber, cual será el sabor del licor el día en que las rosas cambien perfume, y todo desaparezca... ya perdí la cuenta de las veces que he pisoteado la normalidad para darle sazón a la rutina, para no sentir el corazón plano, y la amargura de un sutil claro de luna ...

Ya no sé cual es la senda correcta, mucho menos si algún día he de encontrarla, lo preciso es aburrido y lo divertido es incierto, paradojas absolutas, cuando el cuarto se vuelve invierno...

Sobretodo ahora, que la añoranza es nimia a las lágrimas, y este dolor tan inherente al ser humano, me calcina. Desde aquel día...desde el día de tu partida...

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Bella Dama Despiadada

Bella dama despiadada, que bebe el sabroso elixir de su sexo;

que hace piruetas en la alcoba, y secretea en las noches de aquel mendigo...

enamorado de su piel blanca...

que admira su forma de caminar y no dice nada...

Por temor a perderla se esconde en titubeantes plegarias

Porque ella no es más...

...Que una bella dama sin alma,

una Hermosa doncella hija de las penumbras y la falta de calma.

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9/11/06

Si ya no sabes de mí,

Es porque me cansé de quererte,

Porque se me despedazó el alma y el cuerpo

El día en que dejé de merecerte,

Porque infundaste demasiado dolor en los rincones

De mi ambigüedad y un acervo de soles indiferentes.

Si ya no sabes de mí,

Es porque decidí desecharme…

Dejar tu camino a la deriva,

Acabar con los restos de mi vida y desaparecer…

Si ya no sabes de mí,

Es porque congelé la espera en un reloj de plata…

Ahogué la soledad en unas cuantas copas de alcohol

Y dejé de verter aceite en mi cuerpo de hojalata…

Si ya no sabes de mí,

Es porque mi sangre se ha detenido…

Las expresiones de mi boca impiden la respiración

Y mis pies se han enlodado con olvido…

Si ya no sabes de mí,

No dudes en buscar mi lápida en la necrópolis…

Has de encontrar mis restos en el ánfora más sombría

De la colección de almas que hay en aquel pabellón…

Si ya no sabes de mí,

Escribe de vez en cuando,

Retratando el vacío que dejé al marchar…

Pero créeme, en vida…jamás te dejé de amar.

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